Las diez de la mañana. Saludo a Jose, a Vivi y al resto de personas que se encuentran en los antiguos terrenos de la Repsol de Málaga. Nos dividimos en dos: un grupo para el riego de las plantas de Bosque Urbano (BUM) y otro para la limpieza. La mayoría vamos “de cabeza” a limpiar gran parte del sitio.

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Mi mochila. Abro mi mochila, saco una bolsa de basura y también los guantes. Me los pongo al revés (serán las ganas que tenía de colaborar en una limpieza de mi asociación, AndaLimpia, que hacía un mes ya) y me los vuelvo a colocar. Esta vez bien puestos. Me voy sola a las zonas donde nadie las ha ocupado. Ahora por este camino, ahora por el otro de abajo. Por donde más visible está la porquería y luego, por donde más escondida está.

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Primera bolsa. Todavía llevo media bolsa llena, pero acabo de llegar a un lugar que parece una guarida. Hay botellas pequeñas de plástico, también grandes y hasta garrafas. A lo lejos veo una silla de plástico con la marca Coca Cola. Me asomo. Mientras, de camino voy recogiendo las piedras preciosas. Cuando llego, me encuentro con unos plastiquitos de congelar comida con algo raro dentro. Aprovechando que tengo la bolsa llena ya, me alejo del lugar y coloco mi bolsa donde la están amontonando el resto de quienes estamos por la zona derecha de los terrenos.

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Segunda bolsa. Esta es la última que traigo de casa. Después tendré que pedir una. Esta vez me voy a la parte del centro de los terrenos, donde está la mayoría de voluntarios/as. “Están grabando un documental sobre la limpieza de hoy”, escucho de alguien. Salitos, Fanta, Skol. Latas y botellines. Revistas y pañuelos de papel. Dejo mi bolsa llena en el montón de basura que ya tenemos más abajo.

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Tercera bolsa. Me he quedado sin bolsas después de llenar hasta arriba las dos que traje de casa. Me acerco a donde Jose y se la pido. Me la da y me vuelvo a ir, pero esta vez a donde están Antonio, Vivi y José Antonio. “¿Hay mucho por aquí?”, pregunto. “Yo ya voy llevando la basura que tenemos aquí apelotonada hasta allí, al lado de la cuba”, responde José Antonio. Entonces, pienso en ayudarlo. Coloco mi bolsa en un rincón y me pongo manos a la obra.

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La cuba. Ya tenemos todos los residuos juntos. No nos atrevemos a pesar las bolsas y demás porque son miles y miles de kilos. Después de más de dos horas al sol limpiando como que no hay ganas. Nos hacemos una foto grupal con la basura delante. Nosotros/as al fondo con los brazos levantados. Terminamos echándolo todo a la cuba.

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El cante. Son las doce y media. Pensamos en irnos, pero Pedro de BUM nos comunica que está llegando un chico que viene a darnos un concierto de gratis en medio del campo. Pues puntazo en verdad. Y más puntazo cuando viene vestido de indie llamado Eli Anai, que con su guitarra nos canta tres temazos. El último pedido por su hijo pequeño, que estaba junto a su madre cerca del “escenario”. Stand by me, de Bob Marley, La casa por el tejado, de Fito & Fitipaldis, y No dudaría, de Antonio Flores. Temazo tras temazo.