MÁLAGA ES LOUIE

El público antes del concierto de Louis Tomlinson.
Ana Belén Castaño, 28 de agosto de 2022
Banderas LGBT, ropas oscuras o negras, rejillas, bolsas de telas y zapatos Vans. Otras prendas de ropa y mochilas pintadas a mano. Las letras LT o un 28 era lo más destacado. Así iban vestidas/os chicas y chicos de todas las edades para entrar al recinto. La mayoría de dieciséis a veintipocos años. A las cuatro y media de la tarde abrieron las puertas para que de una manera ordenada fuesen llegando los y las fans de Louis Tomlinson: louies. Pero la calma acabó cuando en la fila empezaron a correr y a colarse otra gente de por medio. Llegando a la entrada, una chica de unos catorce años con la camiseta oficial de Walls -el primer y único álbum del artista por ahora- repartía cereales porque los agentes de seguridad no admiten comida ni bebida, solo la botella de plástico sin tapón. En poco tiempo la gente de su alrededor se comió el alimento.
En la entrada, con los tickets en la mano, los guardias escaneaban los códigos QR y hacían la vista gorda a las bolsas y bolsos de la gente. Ya para subir las escaleras, una muchacha repartía pulseras a cualquiera que entraba. Parecía ser una louie y no una trabajadora. La pulsera, el único objeto del merchandising que consiguieron algunas, era de tela negra con las letras del festival rojas y de la misma tipografía y en el centro se veía el ojo realista. El mismo que se encontraba en la parte superior del escenario.
Ya dentro del lugar -grandísimo por cierto-, había gente que aprovechaba para ir al servicio sin cola y así aguantar hasta la salida del evento. Otra peña se fue a por agua, que daban gratis, y quedaban todavía unos cuantos vasos del merchandising. Así que por dos euros algunas se lo compraron de recuerdo. Además, el resto de cosas del festival –gorros, bolsas de tela, camisetas, pósters y más– se agotaron rapidísimo.
El Marenostrum de Fuengirola anunciaba el Away From Home Festival mediante unos carteles y decoraciones colgadas por todo el espacio, justo en la zona de debajo del Castillo Sohail. Las cinco bandas musicales, Voodoos, Stone, Sun Room, Hinds y The Vaccines, fueron actuando con un descanso, en el que los djs Maadraasoo y Lev pinchaban canciones de Taylor Swift, Ed Sheeran y otros artistas, entre una y otra. La mayoría del público esperaba algún tema de One Direction, ya que obviamente son seguidores y seguidoras del grupo.
Las madrileñas Hinds y los británicos The Vaccines fueron los grupos que más triunfaron. La gente estaba súper atenta al escenario y bailaban sin parar. Pero lo que más ansiaba era que llegara la noche, que ya estaba cerca. Desde el sitio se veía el mar, y el cielo precioso, atardeciendo a los lados del escenario. La buena música en directo y este momentazo fueron espectaculares o por lo menos eso pensaron dos chicas que se estaban haciendo fotos con este paisaje de fondo.
Llegada la hora, las once de la noche, ya se notaban los nervios. Nervios por ver a Louis Tomlinson. En el escenario ya estaba todo colocado: la batería, los soportes con los micrófonos y el número 28 en blanco por la parte del fondo. Una chica de unos quince años con las mejillas pintadas –donde ponía LT– y con la cámara del móvil preparada en sus manos, se quejaba de la espera. “Si empieza más tarde, tiene que terminar más tarde”, soltó. Pero no ocurrió hasta las once y diez. Cada vez que veían una sombra de alguien sobre el escenario, el público gritaba como si de Louis se tratara.
“¿La puntualidad británica dónde?”, comentó otra chica que se encontraba al lado de la chica de antes. No paraban de mirar la hora en la pantalla de sus móviles. Se apagan las luces y se escucha el Yeeeeah, yeeeeah de la canción 'We Made It'. Era la voz del cantante saliendo al escenario. La gente gritaba con tanta emoción que apenas se le escuchaba a Tomlinson. Muchas chicas lloraban al ver por primera vez a uno de los integrantes de One Direction. “Es la primera vez que viene a Málaga y tenía que venir a verlo, ya que venía a mi tierra”, declaró la chica de la cara pintada llorando.
Poca gente se esperaba que cantara tantas canciones de su vieja banda. Louis Tomlinson hizo sus propias versiones –algo más rockeras– de 'Drag Me Down', 'Little Black Dress' y 'Night Changes'. Incluso esta última sonó tan diferente al comienzo que nadie la cantaba. Ese fue el único momento en el que se escuchó al artista. Pero vaya, la primera frase. Ya a la segunda los/as louies reales supieron cuál era y la cantaron gritando.
Entre luces rojas y unas chispas amarillas, el festival ya llegaba a su final y la gente esperaba que se cantara ‘Two of us’, tema que Tomlinson dedicó a su madre. Pues no resultó ser así. También se supone que se despidió de Málaga antes de irse, que incluso se fue a la hora prevista, a las 00:30 horas, pero no se le escuchó, o por lo menos no desde la mitad del recinto y desde el fondo. “Me he quedado con ganas de escuchar ‘Two of us’ en directo, pero por lo menos he vivido esto. Es como estar en casa, con mis hermanas las louies”, remató la chica de la cara pintada mirando al escenario con una gran sonrisa.